La sala de concierto Blaibach se considera una particularidad en la escena cultural. Se rinde ahora tributo de forma oficial a esta obra icónica en el mundo de la arquitectura. El 20 de Mayo 2015 el arquitecto Peter Haimerl recibió un galardón de “Deutschen Architekturpreis” (premio de la arquitectura alemana) por la concepción y el diseño. En la obra monolítica y visionaria se enfrenta la tradición y la modernidad estilística. Los lavabos Vero e inodoros DuraStyle complementan este diseño extraordinario.
Arquitectura como motor del progreso
Blaibach es un pueblo situado en el bosque bávaro, a medio camino entre Múnich y Praga, lejos de cualquier gran ciudad. Precisamente aquí, los ciudadanos del municipio decidieron inyectar nueva vida al centro abandonado del pueblo. El punto de inicio lo marcó el ayuntamiento que fue envuelto con una moderna capa de hormigón visto. Con la nueva sala de conciertos, construido según los planos de Peter Haimerl, siguieron los cambios más destacables que proporciona a la ciudad un nuevo centro cultural. La arquitectura se convirtió aquí en punto inicial de los cambios y sobre todo por haber surgido de la misma comunidad.
De forma inclinada y paralelo a la entrada principal se hunde el cuerpo del edificio cuadrado hasta la mitad del suelo y aparece como una roca tosca que ha aterrizado en medio de la plaza del ayuntamiento. La arquitectura moderna se une a la tradición, ya que la forma insólita, con inserciones de pequeños fragmentos de granito en la fachada de hormigón, recuerda a las costumbres de los canteros en Blaibach. La estrecha fachada principal del edificio se abre hacia una ranura debajo de la cual una ancha escalera lleva hacia la entrada principal. Así, el vestíbulo subterráneo recibe al visitante con una perfecta y dramática puesta en escena. Los baños entusiasman con su composición de lavabos Vero y el ambivalente inodoro de DuraStyle de Duravit.
La sala de conciertos muy inclinada pero a la vez generosa es el punto culminante y sorprendente del juego de espacios. Esta forma inclinada con paredes con diferentes ranuras no es fruto del diseño sino que sigue las premisas de un ingeniero acústico. Aquí se pliegan las paredes en capas y láminas para convertirse en un gran espacio acústico sin ventanas. Aproximadamente 200 amantes de la cultura y el arte encuentran espacio para escuchar cada mes diferentes espectáculos, desde conciertos de piano clásico hasta Tangos y noches de Boogies.
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